Mi interés por la meteorología viene desde lejos. De siempre me ha
gustado mucho más un día lluvioso, con grandes nubes "
coliflor", que los
monótonos cielos azules.
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"Chumbo" en Las Rozas el pasado 03/05/2012 |
La lástima de los días
meteorológicamente inestables es que son incompatibles para el vuelo y
son muchos los factores que pueden dejarnos en tierra y echar por la
borda un maravilloso día de vuelo: lluvia, viento, niebla...
Gracias a twitter puedo seguir los comentarios de
@divulgameteo,
@picazomario o
@digitalmeteo.
Me da envídia sana ver como hacen sus predicciones con una gran
exactitud de lo que va a ocurrir, meteorológicamente hablando, en las
próximas horas y me encantaría poder tener esos conocimientos para poder
intentar hacerlo yo de la misma forma. Lástima que el poco tiempo del
que dispongo no me permite dedicarme de forma amateur al estudio de esta
ciencia; pero es algo que tengo en mi lista de TODO's.... para cuando
pueda.
Hablando con amigos y conocidos pilotos, o en
curso de serlo, sobre las asignaturas más divertidas del PPL la gran
mayoría dice que Meteo es una de las más chulas y de las que se cogen
con más ganas. A mi particularmente Navegación y Meteo fueron las que
más me gustaron pero ¿que ocurre con los meteorólogos profesionales?
¿Por qué a aquellos que les apasiona el cielo, no les apasiona tanto
como a nosotros moverse ese medio por si mismos pilotando un avión? Es
curioso, pero tras hacer alguna pregunta sobre este tema la respuesta ha
sido que si que les gusta volar y, por supuesto, ver nubes durante los
viajes, pero no les llama la atención "conducir" su propio avion.
Desde
mi punto de vista, creo que son dos profesiones/pasiones hermanas que
utilizan el mismo medio para realizarse. ¿Que sería de nosotros sin un
informe METAR/TAFOR adecuado? ¿Como nos planteariamos un viaje sin un
mapa significativo adecuado? Tendríamos que remontarnos años atras y los
pilotos estaríamos expuestos a peligros que a día de hoy, con la
información que poseemos, podemos preveer y minimizarlos.
Pues bien, gracias a
@divulgameteo (que tiene esta web
http://www.divulgameteo.es/ y además escribe artículos de meteorología en la revista
Avion&Piloto,
que también podeis consultarlos en su web) he llegado a un link donde
ambas pasiones se unen en una sola persona: Rafael Cubero Robles
(q.e.p.d.). Un articulo escrito con cariño que me ha dado a conocer un
poco sobre la vida de esta persona y que quiero compartir con vosotros.
Este artículo fue publicado originalmente en el número 44 de la revista del
COPAC (Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial) y en la
Revista del Aficionado a la Meteorología
(RAM). A pesar de que en la web del COPAC ya no está disponible, me
puse en contacto con ellos y amablemente me la enviaron por email en
formato PDF.
Rafael Cubero Robles, meteorólogo y aviador. 1927-2007 (In Memoriam)
Autor: Luís Gurría. Col 2143
En silencio, sin despedirse, sin hacer ruido
Cuando desapareció Saint-Exupéry, se dijo que se
había ido como sólo los poetas y los pilotos suelen hacerlo: en
silencio, sin despedirse, sin hacer ruido. También Rafael Cubero se fue
de este mundo con total suavidad: “… pero hasta el último día estuvo
activo. Con 78 años Cubero se matriculó en los cursos de Doctorado de la
Escuela Superior de Ingenieros Aeronáuticos. Cogió las asignaturas más
duras entre las matemáticas, cálculo, etc. Me pidió algo de apoyo y
estuvimos un año estudiando periódicamente, codo con codo; sacó
matrícula de honor”, recuerda Jaime García-Legaz, científico del INM,
Instituto Nacional de Meteorología. En 2001 contacté con Cubero para
hacerle una entrevista. Me citó en su domicilio de Madrid y me habló de
su vida, aunque se trataba de un hombre tremendamente modesto. Cuando
terminamos me preguntó: “¿Y qué piensas hacer con todo lo que te he
contado?” Al confirmarle mi intención de escribir un artículo para
Aviador COPAC, dijo: “No es para nada conveniente que lo saques ahora.
Por favor, intenta publicarlo cuando yo me muera.”
Una vida al servicio de la aviación
Rafael Cubero pertenece a la generación de pilotos
que transformó completamente nuestra aviación comercial: primero
introdujeron y generalizaron los procedimientos de vuelo, y luego fueron
a Toulousse para hacer el curso de un nuevo avión en el que pocos
confiaban: Airbus. Su vida y esfuerzo es un ejemplo a recordar entre los
pilotos y científicos de hoy y del futuro.
Nació en Badajoz en 1927, estudió la carrera de
Matemáticas en Madrid e ingresó en el SMN, Servicio Meteorológico
Nacional, en 1947. Hizo su primer vuelo como observador meteorológico a
bordo de un Heinkel adaptado para prospecciones. Fue destinado a la Base
Aérea de Tablada, en Sevilla. Cubero me habló de esos primeros años
como meteorólogo militar: “… en fin, que llegó un momento en que volaba
bastante con los pilotos militares de Tablada, disfrutaba mucho y me
enseñaban a despegar, algo de acrobacia, a tomar… me consideraban uno
más del grupo. ¡Cubero, que son las fiestas del Corpus en Granada, yo me
hago la ida y tu la vuelta!, me dijo un teniente amigo al que le
dejaban el avión, una HM, no sé si te acuerdas, una Huarte Mendicoa.
Despegamos de Tablada por la tarde, la fiesta duró toda la noche y al
amanecer salimos corriendo hacia el aeródromo para regresar a Tablada y
llegar antes de que empezaran las clases, pues necesitaban el avión.
Pero a mitad del vuelo se paró el motor. Mi amigo me cogió los mandos y
eligió un campo de cultivo con muy buena pinta para la toma de
emergencia, pero fue un desastre: el tren se clavó y capotamos,
quedándonos boca abajo sin poder salir durante más de media hora y muy
asustados. Teníamos miedo de que el avión ardiera con todo el
combustible. Al final llegaron unos paisanos y nos sacaron de allí.
Luego, ya en pie y con alguna magulladura, comprobamos que en los
depósitos no quedaba ni gota, y mi amigo me preguntó: Cubero, ¿cuánto
has repostado en Granada? Yo me quedé perplejo ante esa pregunta. ¿Yo?
Yo no, ni se me había ocurrido, contesté. Me dijo: Pero si tú hacías la
vuelta… ¿así quedamos, no? Claro, al ver la cara de circunstancias que
ponía yo, se dio cuenta de que estaba hablando con un… meteorólogo.
Empezamos a reír poco a poco, luego a carcajadas, y acabamos llorando de
risa y abrazados. ¡Los paisanos nos miraban como si fuésemos
extraterrestres!”.

Rafael Cubero Robles.
A los mandos de un avión
Sintió entonces la necesidad de sacarse algún título
de piloto. Comenzó con el vuelo sin motor, que le enganchó. Siguió
volando con sus compañeros de la Base hasta que conoció a un ingeniero
de Tablada con el título elemental militar para volar la Bücker, el
capitán Tordesillas, que también era el director del Aeroclub. Cubero se
examinó con él y obtuvo el título de Piloto Privado. En 1952 terminó la
carrera, con lo que pasó a ser Meteorólogo titular: “Me destinaron a
San Pablo, en Sevilla, que era el aeropuerto civil. Para volar, ahora
tenía que alquilar aviones del aeroclub, y eso no lo podía hacer mucho
porque era carísimo, bueno, ¡si había que impresionar a alguna chica
pues me rascaba el bolsillo!”. Pero Cubero observó que muchas personas
se acercaban al Aeropuerto para pedir vuelos a aeródromos que no cubrían
las líneas comerciales desde Sevilla, como Córdoba, Granada o Badajoz:
“…hablé con el delegado de Iberia y le comenté que si surgían este tipo
de propuestas, que yo me ofrecía a pilotar gratis una avioneta y que el
interesado pagase sólo el alquiler de las horas de vuelo, y así yo me di
muchos garbeos. Los dejaba allí, o quedaba al día siguiente y los iba a
recoger. Claro que algunos se rajaban, pues aunque les poníamos la cosa
muy bien, hablándoles siempre de que se trataba de un avión particular y
tal y cual, pero cuando llegábamos al Aeroclub y veían una Bücker, y
les daba un casco, unas gafas, y se las tenían que poner, ¿Qué? ¡Oiga
usted, ¿qué se ha creído?, me ha querido engañar!, ja, ja, ja, y alguno
se iba para su casa. Pero con la inmensa mayoría era al revés, les
parecía una experiencia estupenda, les dejaba llevar los mandos en vuelo
y se lo pasaban en grande. Pero el caso es que recuerdo un par que se
rajaron”.
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1955 - Monflorite, Huesca. El capitán meteorólogo Cubero frente a una
Fieseler 156 "Cigüeña" de remolque con la que realizaba la prospección meteorológica
matinal, durante el curso de instructor de vuelo sin motor. Cubero
obtuvo la insignia C de plata ese mismo año. |
Habla Manolo Ledesma, meteorólogo y autor del libro
Meteorología aplicada a la aviación (Editorial Paraninfo), del que se
han vendido más de 35.000 ejemplares: “Estuvimos durante un año en
universidades norteamericanas. Se trataba de una beca para mejorar los
procedimientos de pronóstico aeronáutico. Luego, en el año 1958, salió
una convocatoria para cubrir una plaza de meteorólogo en Shannon,
Irlanda. Había que hacer los pronósticos del tiempo para los aviones que
volaban de allí a Nueva York. Yo me presenté para esa plaza, como
también Pons y otros muchísimos meteorólogos, pero el director del
servicio irlandés eligió a Cubero, porque era el mejor”.
Cubero, todavía soltero, llegó a Shannon al año
siguiente. Conoció a un controlador de torre que tenía una Piper Cub y
era instructor de vuelo. Se llama Phelin Cronin e hicieron una gran
amistad. Con el tiempo Cronin animó a Cubero a obtener también la
habilitación de instructor, pero la Aviación Civil irlandesa no podía
dársela directamente, sino que tenía que obtenerla en España y
convalidarla. Cubero cogió seis semanas de vacaciones decidido a
conseguirlo. Cronin recuerda: “In Seville he found out that he had to
become a Commercial Pilot before, and to do so the Spanish authority
requested an additional 10 hours of flight in planes of more than 12.500
pounds. To get them, Cubero could only afford a rusty Messerschmitt 109
single seat: ¡and he flew it! With the rating in his pocket, he came
back to Shannon, and worked part time during the following two years as a
flight instructor. He was successful because people loved him,
specially the ladies”.
Se reincorporó a Meteorología en España tras haber
ganado un gran prestigio en Shannon, pero la aviación le atraía cada vez
más. Él y otros veinte pilotos se apuntaron al examen de IFR que se
organizaba en Jerez. Nos lo cuenta uno de sus compañeros de examen,
Daniel Zaera: “AVIACO nos dejó un avión para ir al examen. Era la época
de Carlos Texidor. El tiempo estaba malísimo, con fuertes tormentas y un
viento huracanado. Él fue el único que aprobó”. AVIACO lo contrató para
el Convair 440. “Fue algo maravilloso, era como un sueño”, recordaba
Cubero. Zaera aprobó el IFR a los pocos meses y entró justo después: “A
Cubero lo hicieron comandante enseguida, y yo volé mucho con él,
especialmente en el Convair. Poco después el INI organizó la fusión
entre AVIACO e Iberia, y ambos pasamos a Iberia el 15 de febrero de
1964. Como ejemplo del carácter amable de Cubero, recuerdo que en esa
época volábamos con frecuencia al Aeropuerto de La Palma. Bajábamos
siempre a tomar un café, y Cubero siempre lo pedía con leche condensada.
Con el tiempo, los empleados del bar y los otros clientes comenzaron a
llamarlo Café Cubero”. Unas semanas después de entrevistarle tuve un
vuelo a La Palma con el B-757 y claro, bajé al bar del aeropuerto y pedí
un Café Cubero. La camarera no sabía de lo que le estaba hablando, pero
el otro camarero se giró y me dijo: “¡Espera!… yo te lo pongo”.
Cubero voló el DC-3, DC-4, Bristol, Carvair, Convair
440, F-27, Caravelle, DC-9, B-727 y A-300, y acumuló más de 17.000 horas
de vuelo. Durante los años que estuvo en Iberia ejerció de oficial de
Seguridad de Vuelo, Jefe de Día e Inspector. También fue representante
español en OTAN para temas meteorológicos, miembro del Comité Técnico
del SEPLA y vicepresidente del Grupo de Estudios Meteorológicos de
IFALPA, con lo que tuvo gran relación con científicos nacionales y
extranjeros. Uno de sus muchos amigos era el prestigioso científico Pepe
Alía, primer presidente de la Asociación Meteorológica Española;
estando un día en su domicilio conoció a su hija Loli y se enamoró. Como
recuerda el piloto Daniel Zaera: “conocí a Loli cuando empezaron a
salir de novios, Cubero estaba muy enamorado, y ella también. Se casaron
y tuvieron dos hijos. Cuando los niños eran pequeños, Cubero volaba
mucho y además acudía a reuniones de Seguridad de Vuelo, no paraba.
Precisamente estaba en un congreso en Tailandia cuando se enteró del
repentino fallecimiento de su joven esposa…”.
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1961 - Coonagh, Irlanda. El segundo de la izquierda es Cubero, con personal
del Aeroclub, frente a la Auster Taylorcraft en la que ejerció de instructor.
Foto: Phelin Cronin |
Un amargo punto de inflexión
La vida cambió completamente para Rafael Cubero. Y a
partir de entonces tendría que dedicar mucho más tiempo a sus hijos.
Además Cubero quería aplicar toda su experiencia en vuelo a la
Meteorología, con lo que a los 55 años solicitó el ingreso en el INM.
Jaime García-Legaz, en ese momento subdirector del servicio, recuerda:
“Yo ya lo conocía de oídas, pues ingresé en Meteorología justo cuando
Cubero se acababa de marchar a AVIACO; allí todo el mundo hablaba muy
bien de él. Muchos años más tarde, en 1983, estoy en mi despacho y viene
a visitarme un señor: ‘Hola, soy Rafael Cubero y estoy aquí pues en
Iberia me han dicho que ya no me necesitan, pero todavía me siento con
ganas’. Me hizo muchísima ilusión conocerlo en persona, y desde entonces
iniciamos una gran amistad”.
El meteorólogo Manolo Ledesma enumera sus motivos de
satisfacción cuando supo que Cubero se incorporaba de nuevo al INM:
“Uno, era un chico fantástico. Dos, un meteorólogo de alta calidad, y
daba prestigio al Servicio. Tres, era piloto, conocía la mayoría de los
aeropuertos y podía aportar nuevas ideas. Yo siempre he dicho que un
meteorólogo tiene que volar, si no, ¡está cojo!”
García-Legaz nos cuenta que Cubero fue Jefe del
Servicio de Aplicaciones Aeronáuticas y Marítimas. “Hizo una labor
extraordinaria y potenció muchísimo las relaciones con AENA. Cuando la
Comisión de Accidentes de Aviación Civil tenía alguna duda, sus
opiniones y dictámenes eran definitivos. Su autoridad ha sido la máxima
por prestigio y disfrutaba mucho con la investigación y el trabajo”.
Rafael Cubero Alía se emociona hablando de su padre: “Cada una de las
veces que mi padre se puso el uniforme o cuando salía hacia el despacho,
decía: Yo iría igual aunque no me pagaran, pero… que no se enteren…
¡Que no se enteren!”
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1981 - Toulouse. Tripulación de Iberia, al finalizar el curso de A-300. De
izquierda a derecha: ingeniero de vuelo Lanzarote, dos instructores de
Airbus, comandante Cubero y copiloto Santiago Santorio. Formaron
parte del primer grupo de españoles en volar un Airbus. |
La impronta de un genio
Cubero era un hombre adelantado a su época.
García-Legaz dice que “… era un pionero en todo, ya a principios de los
ochenta estaba moviendo lo del Cielo Único, se anticipó veinte años”. Al
jubilarse del INM en 1992 intensificó su trabajo en la Vocalía Técnica
del SEPLA, en la Asociación Meteorológica Española y en la World
Meteorological Organization, ejerció como perito judicial y como
consultor para el diseño de aeropuertos. Luis A. Ortega dedicó más de
once años al COPAC, durante los cuales llevó la Vocalía Técnica y fue
director de Aeropuertos, Navegación Aérea y Medio Ambiente, ANAMA.
Recuerda que Cubero colaboró con el Colegio desde sus inicios: “Rafa
siempre estuvo presente desde que iniciamos el proceso de creación del
Colegio, aunque sin que se le notara. Era tremendamente humilde, pero su
aportación era siempre pertinente y su nivel de conocimientos tan
actualizado como los que estábamos en vuelo, a pesar de tener una edad
para descansar y disfrutar de la vida. Fue para mí un referente por su
inquietud intelectual y su continuo afán por aprender, conocer e
implicarse en los temas de nuestra profesión, un espejo en el que
mirarse para las futuras generaciones”.
Rafael Cubero Robles nos dejó la tarde del 6 de
diciembre de 2007, pero su recuerdo y ejemplo sigue vivo entre muchos de
nosotros. A todos los que le conocimos siempre nos pedía que cuando
muriera no quería ni lloros ni lágrimas, y que sencillamente brindásemos
por él: ¡Por ti, Rafa!
(Agradezco la ayuda y el consejo del historiador
Carlos Pérez San Emeterio, así como de todos los familiares, amigos y
compañeros de Rafael Cubero Robles que han sido entrevistados).
Accidente del DC-9 en Granada
En 1992 el comandante Jaime Mazarrasa tuvo un grave
accidente de aviación. Su DC-9 EC-BYH se estrelló contra la pista 09 de
Granada y se partió en dos, con lo que se inició una investigación
judicial. La prensa del día siguiente echó la culpa a los pilotos. Habla
el comandante Mazarrasa: “… me enfrentaba a una situación desconocida,
con muy poca gente que te apoye y aún menos gente a la que acudir.
Entonces apareció Rafael Cubero. Desde el primer momento me ayudó, me
animó, me sentí arropado. Me echó una mano fantástica en un momento en
el que te sientes completamente solo, y me dio un trato excelente como
persona, de forma totalmente desinteresada, pues nunca quiso cobrar
nada. Hizo un trabajo extraordinario, redactó un informe pericial muy
bien documentado que me sirvió enormemente a la hora de manifestar mis
alegaciones. Finalmente el Juzgado de Santa Fe de Granada archivó el
caso y quedé absuelto. No sabía lo de la muerte de Rafa, no vi ningún
cartel en firmas,… me he quedado helado”. ”. Hoy en día la mayoría de
aviones comerciales disponen de detectores de mircrorráfagas y de
cizalladura, pero no así el DC-9 de Mazarrasa, fabricado en 1972
Ciencia y espiritualidad“Unos tres años antes de su
muerte, se apuntó a mis clases de catequesis. Él decía que no tenía fe, o
que creía no tenerla, pero es que quería razonarlo todo, y la fe no se
puede razonar. Yo sé que al final Rafa encontró las respuestas que
buscaba”, cuenta el párroco amigo que ofició el funeral de Cubero.
Cizalladura
y turbulenciaTodos los científicos entrevistados han coincidido en
señalar que a Cubero no le agradaba publicar directamente sus
descubrimientos e investigaciones debido a su carácter sencillo y a su
gran modestia. Pero la cizalladura y la turbulencia eran tema principal
para un piloto y eso hizo que sí firmase con su nombre varios trabajos
al respecto. Por ejemplo, la revista Aviador COPAC publicó “La
cizalladura descafeinada”.
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1963 – Manises. Cubero frente a un DC-4, recién ingresado en Aviaco. Hasta 1972 no consiguió la excedencia de Meteorología. |
Referencia
- Revista AVIADOR Nº 44
http://www.copac.es/prensa/revista_articulo.asp?id=1222
Trabajos de Rafael Cubero en la RAM
- Obsesión por la Meteorología
http://www.meteored.com/ram/326/obsesion-por-la-meteorologia/
- La cizalladura descafeinada
http://www.meteored.com/ram/637/la-cizalladura-descafeinada/
- Fotos tomadas desde de un avión camino a/de Brasil
http://www.meteored.com/ram/699/fotos-tomadas-desde-de-un-avion-camino-ade-brasil/
He intentado ponerme en contacto con el autor para pedir el
pertinente permiso para reproducir el texto, pero no he tenido éxito.
Ante cualquier reclamación de derechos procedere a eliminarlo y dejar
únicamente los link originales.
http://www.tiempo.com/ram/1541/rafael-cubero-robles-meteorlogo-y-aviador-1927-2007-in-memoriam/
http://www.copac.es/canal.asp?CanalId=18
Espero que os haya gustado tanto como a mi
Buenos vuelos!